JamiPozcord
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A veces me detengo a pensar en esta vida que sentimos tan nuestra amigos?, tan cercana, tan única.
Nuestras emociones, problemas, sueños y pequeños triunfos parecen ocupar todo el espacio del universo. No es así?
Miremos hacia arriba por un momento. Allí está el cielo!! aparentemente inalcanzable. Vemos estrellas que parecen diminutos puntos titilantes, y de vez en cuando nos sorprende la caída de un cometa. Es hermoso, sí, pero es más que eso: es una ventana a lo que realmente somos, o mejor dicho, a lo poco que somos. Porque esas estrellas no están “ahí nomás”. No, esas luces viajan millones de años antes de llegar a nuestros ojos. Algunas de ellas ni siquiera existen ya, y sin embargo, su brillo nos sigue alcanzando.
Cuando pienso en esto, me doy cuenta de algo brutal: vivimos en una galaxia que es solo una entre millones. Y nuestra galaxia, la Vía Láctea, no es especial. Es una más, flotando en la vasta oscuridad del universo. Oh!! jaja nosotros, tan preocupados por nuestras pequeñas luchas diarias, existimos en una roca que orbita una estrella que es una entre billones. ¿Y sabes qué? Esa insignificancia no me hace sentir menos. Al contrario, me maravilla.
Porque si lo piensas, aquí estamos, sintiendo, amando, llorando, riendo. Aquí estamos, moldeando la realidad con nuestras emociones y nuestras historias, aunque desde una perspectiva cósmica no seamos más que un suspiro en el tiempo. Pero lo increíble es esto: sentimos.Jajajaj
No sé si algún día llegaremos a comprender completamente el lugar que ocupamos en esta vastedad. Pero creo que no importa tanto el entenderlo, sino el sentirlo. Mirar el cielo y recordar que somos diminutos pero capaces de algo enorme.
Nuestras emociones, problemas, sueños y pequeños triunfos parecen ocupar todo el espacio del universo. No es así?
Miremos hacia arriba por un momento. Allí está el cielo!! aparentemente inalcanzable. Vemos estrellas que parecen diminutos puntos titilantes, y de vez en cuando nos sorprende la caída de un cometa. Es hermoso, sí, pero es más que eso: es una ventana a lo que realmente somos, o mejor dicho, a lo poco que somos. Porque esas estrellas no están “ahí nomás”. No, esas luces viajan millones de años antes de llegar a nuestros ojos. Algunas de ellas ni siquiera existen ya, y sin embargo, su brillo nos sigue alcanzando.
Cuando pienso en esto, me doy cuenta de algo brutal: vivimos en una galaxia que es solo una entre millones. Y nuestra galaxia, la Vía Láctea, no es especial. Es una más, flotando en la vasta oscuridad del universo. Oh!! jaja nosotros, tan preocupados por nuestras pequeñas luchas diarias, existimos en una roca que orbita una estrella que es una entre billones. ¿Y sabes qué? Esa insignificancia no me hace sentir menos. Al contrario, me maravilla.
Porque si lo piensas, aquí estamos, sintiendo, amando, llorando, riendo. Aquí estamos, moldeando la realidad con nuestras emociones y nuestras historias, aunque desde una perspectiva cósmica no seamos más que un suspiro en el tiempo. Pero lo increíble es esto: sentimos.Jajajaj
No sé si algún día llegaremos a comprender completamente el lugar que ocupamos en esta vastedad. Pero creo que no importa tanto el entenderlo, sino el sentirlo. Mirar el cielo y recordar que somos diminutos pero capaces de algo enorme.