yogiyamada
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Película argentina que explora con sutileza la tensión social entre clases. El conflicto central gira en torno a un muro que separa a un diseñador acomodado y su vecino de clase media, un choque entre dos mundos opuestos. Lo que parece un problema arquitectónico se convierte en una reflexión sobre la desigualdad, el egoísmo y la falta de empatía. El estilo visual austero y las actuaciones sobrias refuerzan la atmósfera incómoda y casi de extrañeza del film. Eso sí todos los personajes especialmente los protagonistas me parecieron insoportables, antipáticos lo que me impidió disfrutar de las virtudes del film.
El juego formal en El hombre de al lado es evidente, como también la metáfora de la ventana indiscreta que se vuelve una especie de agujero fenomenológico, pues actúa como una metáfora que va más allá de un simple conflicto vecinal, y se convierte en un agujero existencial. Al igual que en "Rear Window" de Hitchcock, permite una invasión del espacio íntimo y genera un vínculo involuntario entre los personajes. Aquí, la ventana no solo es física, sino también simbólica, revelando cómo ambos mundos coexisten y colisionan, exponiendo las divisiones socioeconómicas de una manera muy sutil y potente. El final me pareció un poco forzado, casi Deus ex machina, porque la resolución ocurre de manera repentina y algo inesperada, rompiendo con la progresión pausada y meticulosa del resto de la película, ya que la tensión acumulada entre los personajes y la construcción del conflicto parecen resolver abruptamente sin que medie una transformación profunda o un cierre orgánico a nivel narrativo.
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El juego formal en El hombre de al lado es evidente, como también la metáfora de la ventana indiscreta que se vuelve una especie de agujero fenomenológico, pues actúa como una metáfora que va más allá de un simple conflicto vecinal, y se convierte en un agujero existencial. Al igual que en "Rear Window" de Hitchcock, permite una invasión del espacio íntimo y genera un vínculo involuntario entre los personajes. Aquí, la ventana no solo es física, sino también simbólica, revelando cómo ambos mundos coexisten y colisionan, exponiendo las divisiones socioeconómicas de una manera muy sutil y potente. El final me pareció un poco forzado, casi Deus ex machina, porque la resolución ocurre de manera repentina y algo inesperada, rompiendo con la progresión pausada y meticulosa del resto de la película, ya que la tensión acumulada entre los personajes y la construcción del conflicto parecen resolver abruptamente sin que medie una transformación profunda o un cierre orgánico a nivel narrativo.
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