yogiyamada
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Film belga basado en la novela de Proust, en "Recherche du temps perdu", tomo, "La Prisonnière" se constituye en un film muy personal de la cineasta belga. Atemporal, apenas contextualizada, La Captive tiene todas las cualidades de una historia fuera del tiempo, lo que se vuelve, quizás, una paradoja en lo que respecta a Proust. Akerman aborda el problema de la confrontación de la ilusión, de los sueños, con la realidad, retoma en su propio mundo el tema del encierro moral e intelectual que afecta al narrador en Proust, aquí al personaje de Simon (Stanislas Merhar). Su puesta en escena, en primer lugar, se apoya en gran medida en una construcción pictórica muy cercana a la pintura, con líneas estructurales precisamente definidas, tonos y colores casi impresionistas. Las metáforas literarias –o al menos lingüísticas– abundan en La Captive, que culminan en la figura recurrente de las sombras.
Si los cuerpos humanos nunca se tocan realmente, excepto a través del tejido de la ropa, las sombras se mezclan sin complejos, imágenes de un mundo paralelo y fantaseado donde las dudas y las vacilaciones están abolidas. Ariane (Sylvie Testud) está "cautiva" físicamente por el control de Simon, pero también mantiene una enigmática independencia emocional, lo que frustra su deseo de posesión absoluta. Al mismo tiempo, Simon se convierte en prisionero de su obsesión y de sus inseguridades, atrapado en una vigilancia constante y un ansia por conocer la verdad sobre los sentimientos de Ariane. La película convierte esa asimetría en una meditación sobre el amor no correspondido y el deseo insaciable. Este film, en definitiva, Es una obra que profundiza en los límites del amor y el dominio, con un tono opresivo y una reflexión sobre la obsesión humana.
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Si los cuerpos humanos nunca se tocan realmente, excepto a través del tejido de la ropa, las sombras se mezclan sin complejos, imágenes de un mundo paralelo y fantaseado donde las dudas y las vacilaciones están abolidas. Ariane (Sylvie Testud) está "cautiva" físicamente por el control de Simon, pero también mantiene una enigmática independencia emocional, lo que frustra su deseo de posesión absoluta. Al mismo tiempo, Simon se convierte en prisionero de su obsesión y de sus inseguridades, atrapado en una vigilancia constante y un ansia por conocer la verdad sobre los sentimientos de Ariane. La película convierte esa asimetría en una meditación sobre el amor no correspondido y el deseo insaciable. Este film, en definitiva, Es una obra que profundiza en los límites del amor y el dominio, con un tono opresivo y una reflexión sobre la obsesión humana.
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